12/03/24 4:00
No es que sea muy exigente conmigo mismo, pero me niego a que mi espíritu se asfixie y de rebote mis dolencias físicas se acrecienten. El ambiente que me rodea y me atrevería a decir que nos rodea a todos, bueno, no a todos, los fabricantes de esas asfixias parece ser que ni les va ni les viene, que no sienten ni padecen y se limitan a decirnos que los culpables de todos nuestros males somos nosotros mismos, el ciudadano de a pie, el sufrido contribuyente con muchas obligaciones pero con escasos derechos. Y es que sin beberlo ni comerlo no hay semana que no nos caiga algún rayo exterminador que nos deja hechos polvo y sin entender los motivos.