Hace casi 20 años que se adoptó la medida de que los conductores con permiso de coche pudieran, con tres años de antigüedad del carné, manejar motocicletas de cilindrada hasta los 125 centímetros cúbicos. En dos décadas eso no había supuesto ningún problema para la circulación y la seguridad vial pero ahora el boom de ciclomotores y motocicletas y unas cifras de accidentes elevadas motivan, según la Dirección General de Tráfico, el cambio previsto a partir de este mismo año.
Se acabó el circular en dos ruedas con el permiso de conducción de coche, habrá que realizar un curso y eso implica necesariamente un duro varapalo para las empresas de alquiler de scooters de hasta 125 cc que han florecido en los últimos años y que han gozado de cierta ventaja sobre el resto, porque una pequeña moto es más asequible y aparca más fácilmente que un coche, así que muchos turistas la alquilan aunque nunca antes hayan montado en una y apenas sepan cómo arrancarla. «Tan difícil no será» es una frase común que escuchan en las empresas de alquiler aunque sí, puede serlo, sobre todo si entras en una carretera de tráfico denso en verano que no conoces y vas cargado de equipaje.
En Menorca ha habido accidentes, leves en su mayoría. El primer accidente mortal en dos años ocurrió en septiembre de 2023 y fue con una moto, pero de alta cilindrada. Sin embargo, como argumentan los instructores, nada tiene qué ver conducir un coche con una motocicleta, y cualquier impacto por pequeño que sea va a recibirlo directamente el conductor. Del nuevo curso se van conociendo detalles, Tráfico apuesta por el modelo de un examen práctico de equilibrio y una prueba de conducción en carretera con tráfico real, no un simple cursito teórico. Será aplaudido por las autoescuelas, seguro, y no tanto por quienes pierden negocio. Volvemos al modelo antiguo, al de antes de que la propia DGT abanderara las motos urbanas como solución a la movilidad.