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20-XII-23 MIÉRCOLES

Reunión anual de colaboradores de «Es Diari». Distendida y amistosa como siempre pese a las notorias diferencias entre las posturas políticas de los respectivos articulistas. La novedad de este año es que uno de los premiados por los servicios prestados, Emili Pons, plantea en su parlamento, más o menos, si el periódico es o no    un medio de derechas, cuestión que a lo largo de las décadas me ha sido formulada en multitud de ocasiones por diversos lectores. ¿Es Es Diari un diario conservador?, me pregunto tras conversar un rato al final del simpático acto con algunos colegas columnistas.

Hubo un tiempo, allá por los setenta-ochenta que, Iglesia aparte porque sus directrices eran incuestionables, en las páginas de opinión había un claro predominio del pensamiento de izquierdas proveniente del antifranquismo, en general moderado, que con el tiempo se iría equilibrando con la irrupción de la generación de centristas, moderna e ilustrada. Los sufridos directores Juan Cantavella y Bosco Marquès las pasaban canutas con algunos comecuras que daban (dábamos) la batalla por la laicidad y la neutralidad de «Es Diari».

En cierta ocasión (septiembre de 1985) entrevisté al obispo Deig para la revista «Boínder» y al preguntarle por la visita que le hiciera un    grupo de «progres» para solicitarle que la Iglesia renunciara a la propiedad del periódico me contestó a la gallega, con otra pregunta:

-¿Sabe usted de quién sería el diario si el Obispado renunciara?   

El silencio que siguió a la interpelación no auguraba nada bueno, y menos cuando monseñor Deig fue desgranando los nombres de los probables nuevos propietarios. Los «progres», demudados,    dijeron finalmente que era mejor que se lo quedara la Iglesia e hicieron mutis por el foro…

Anécdotas al margen, si en aquellos tiempos podíamos afirmar que las páginas de opinión tenían un sesgo    izquierdista, hoy día no puede decirse lo mismo    ya que en la última época    y pese al meritorio equilibrismo del director Josep Bagur, se percibe, en mi opinión, un cierto predominio del pensamiento conservador, incluido el más asilvestrado y ruidoso, enzarzado en lo que ha venido en llamarse «batalla cultural» contra la supuesta superioridad moral de la izquierda, y extraordinariamente beligerante contra la figura del presidente del Gobierno.

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Pero, sesgos fluctuantes al margen, lo cierto es que la simple supervivencia de    «Es Diari» en un mundo tan cainita y acelerado es un auténtico regalo para los menorquines, que bien haríamos en preservarlo. De izquierdas, de derechas, o de extremo centro, sin «Es Diari» sería más difícil entendernos a nosotros mismos, por lo menos en lo que a mí respecta. Así que larga vida al diario «Menorca» y su precario pero real equilibrio.

31-XII-23 DOMINGO

Mientras trato de adoctrinar a mi aparato digestivo para que no se vuelva loco en estos días tan entrañables (de entrañas), encuentro un e-mail perdido que me informa de una noticia que me enorgullece como menorquín. Dice así: «El ranking de la Universidad californiana de Stanford incluye a 8 profesores entre los investigadores más influyentes del mundo y, entre ellos figura el prestigioso profesor mahonés Manuel Elices Calafat en la categoría de Ingeniería y Transportes. El profesor Elices recibió la medalla de oro del Ayuntamiento de Mahón en 1994».

Rememorando al insigne mahonés, me viene a la cabeza la figura, no menos egregia, de otro paisano admirable, también    científico e investigador, con amplio reconocimiento internacional, el profesor Benjamín Carreras Verdaguer, colaborador también de «Es Diari» y con un currículum    descomunal. Tras doctorarse en la Universidad de Valencia, pasó a trabajar en el Laboratorio de Física Nuclear de Daresbury, Inglaterra. Volvió a España en 1972 como miembro de la Junta de Energía Nuclear de Madrid y profesor de la Universidad de Madrid.

Desde 1976 ha vivido y trabajado en Estados Unidos, principalmente    en la División de Energía de Fusión Nuclear en Oak Ridge National Laboratory donde estudia la obtención de energía por este método que permitiría tener energía prácticamente ilimitada y sin    residuos radioactivos. De hecho, el doctor Carreras Verdaguer fue cabeza de la delegación estadounidense para el proyecto del reactor ITER, proyecto mundial que está desarrollando en el sur de Francia. Se trata de un reactor de fusión nuclear en el están depositadas muchas esperanzas.

En 2004 publicó un    estudio en el que preveía la crisis de suministro de energía eléctrica en la costa este, Nueva York incluida, que finalmente se produjo, y su trabajo tuvo mucho eco en los medios de comunicación. Con sus ochenta años a cuestas, el profesor Carreras sigue en la brecha, trabajando para el laboratorio de Oak Ridge y en las universidades de Madrid y Alaska.

Creo sinceramente que el Ayuntamiento de Mahón acertaría, como lo hizo en su día con el profesor Elices, otorgando la medalla de oro de la ciudad a tan ilustre paisano.