Rebajas tributarias a las rentas más elevadas, reserva de 20 millones de euros para un proyecto antilingüístico –solo para los primeros meses; habrá presiones ulteriores–, retirada de ayudas a agentes sociales y económicos, reprogramación de los proyectos de la llamada ecotasa. He aquí, en trazo amplio, el ajuste que piensa implementar el gobierno conservador en Balears, con el aliento en el cogote de la extrema derecha, siempre en acecho. Recordando, a su vez, que el Govern está en minoría, y que debe aceptar lo que se les exige. Por tanto, manda la agenda programática de la derecha extrema. Los cuatro factores son claramente ideológicos y negativos: no se avienen con el bien común, toda vez que segmentan socialmente, van a paralizar inversiones comprometidas en transporte público y, al mismo tiempo, ponen palos en las ruedas a un entendimiento más adecuado en clave de gobernanza con los agentes sociales. El Govern se quita ingresos o los dilapida, como esos millones dedicados a satisfacer las fobias de los ultraderechistas en su recorrido fantasmagórico, ante el que se ha opuesto ya el grueso de la comunidad educativa. A su vez, se nos comunica de forma tácita que, con ese bagaje, todo se fía a un crecimiento económico sujeto a una gran incertidumbre y a la reinversión de los impuestos condonados a los más ricos de la comunidad. De nuevo, el fallido Arthur Laffer y su torcida curva se asoman, sin recato, tras esas propuestas.
Tribuna
Chantajes presupuestarios
31/12/23 4:01
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