Vale más perder un minuto en la vida que la vida en un minuto. Eso fue lo que me dijo una vez María Antonia, la mujer de Matías Quetglas, el pintor de Ciutadella afincado en Madrid, cuando el tráfico no nos permitía llegar a tiempo a una entrevista. Supongo que esto vendría muy a cuento ahora mismo, cuando acabamos de pasar un largo puente en el que nunca faltan los accidentes. Resulta incomprensible: si disfrutamos de unos días de asueto, a qué queremos eternizarlos con la muerte. En la muerte no hay vacaciones. No podemos volver a la vida por unos días, mientras pasa el puente festivo. No hay marcha atrás. Por no hablar de los accidentes que dejan secuelas físicas, como quedar paralítico por un minuto de velocidad inadecuada. Claro que los accidentes pueden ser debidos a causas inevitables, pero no podemos enfrentarnos a lo inevitable.
Les coses senzilles
La vida en un minuto
11/12/23 4:01
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