El precio del mal menor está por las nubes, es un artículo de gran lujo más caro que los huevos de Fabergé, esas obras maestras de orfebrería que encantaban a los zares. Se nota que es un producto muy solicitado, pero escaso y sujeto a las leyes del mercado, ese jodido mal menor. No sólo es cada vez más difícil distinguirlo del mal mayor (¿es preferible un Gobierno pactado con Puigdemont a uno con Vox?), sino que hasta los partidarios de dicho mal menor tienen dudas sobre si se lo pueden permitir. Porque en efecto, cuesta un huevo. Una cosa es el independentismo catalán, con el que se puede discutir, y otra el exiliado de Bruselas, que estafó a sus propios seguidores, y tras liderar la histórica revolución catalana, huyó como un cobarde mientras sus compinches iban a la cárcel. Es de locos negociar con alguien así, muy aficionado además al exhibicionismo. Te timará seguro. Sólo verle la cara ya es un precio excesivo por ese mal menor. Razón por la que mucha gente, que no es del PP ni de Vox, ni mucho menos, duda desde hace meses que el mal menor siga siendo menor con ese sobreprecio añadido.
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Lo caro que se ha puesto el mal menor
14/11/23 4:01