La ropa, los coches, los edificios, los carteles publicitarios, las luces nocturnas, los paisajes, la encuadernación de los libros, los utensilios de cocina, los estuches y envoltorios, el mobiliario, los objetos de regalo, las playas, los bares, las latas de sopa, todo. Incluso los adornos. Por qué en plena apoteosis del diseño comercial, hasta los desfiles de lencería y ropa interior sorprenden por su audaz fealdad, tanto de las prendas como de las esqueléticas modelos. Por qué, en definitiva, es todo cada vez más feo, si en esta sociedad del espectáculo, el atractivo de la cosa, además de un valor añadido, es ya la cosa en sí. Menudo misterio del progreso. Todo ha mejorado, no diremos que no, pero todo es mucho más feo, hasta la vajilla desquiciada de los restaurantes de tres estrellas.
Oraciones
¿Por qué todo es cada vez más feo?
21/10/23 4:01
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