Aunque debe hacer meses que el Gobierno en funciones mantiene contactos con todos los grupos con los que espera formar nuevo Gobierno, ya que de otro modo no habría sido propuesto Sánchez para intentar la investidura, nos dicen que ahora precisamente es cuando se inicia de manera oficial la ronda de contactos. ¡Ronda de contactos! Qué frase tan rara; suena incluso inquietante. Contactos para abordar temas, se supone, otra expresión que se las trae, eso de abordar temas. No me puedo imaginar a mí mismo estableciendo una ronda de contactos y abordando temas, ya que todo el mundo sabe que cuantos más contactos trabas con personas o grupos, más se complican los temas. Que además se multiplican.
Es como abordar una bandada de patos salvajes. Imposible ir al grano, porque qué grano. Si un par de contactos esporádicos, y esto lo experimentamos a diario, suelen ser suficiente para confundir las ideas y hundir cualquier propósito, figúrense toda una ronda, durante semanas. ¿Y no bastarían unas horas para saber si contactamos o no contactamos? Porque a mí me bastan minutos para saber eso. No, en absoluto, porque lo fundamental de estos contactos no es acordar algo, sino que no se rompa tal contacto. Y para ello se requiere un mar de eufemismos, una radical ambigüedad y unas vaguedades muy estudiadas, porque en esas negociaciones políticas elevadas, sólo cabe la posibilidad de acordar algo si ninguna de las partes sabe exactamente qué está acordando.
También conviene que las propias palabras empleadas en los contactos no signifiquen nunca lo que significan, como cuando el marqués intenta llevarse al catre a la costurera, pues de lo contrario se rompe el contacto por exceso de contacto. Lo que provoca un mal contacto y saltan chispas. Por ejemplo. El Gobierno lleva meses repitiendo que, según el mandato de las urnas, quiere liderar una mayoría progresista. ¡El mandato! ¡Progresista! Con Junts y el PNV, que además de nacionalistas, son las derechas más duras de Europa. Quién sabe qué quiere decir progresista en esta fase de contactos. Y así todo lo demás. Para afrontar esta ronda, mejor que el aspirante no tenga ninguna idea. Total, se la tumbarían. Perdería contacto.