Escribo esto en pleno diluvio, corto pero abundante. Los caracoles que sacan cuernos y casa para darse un garbeo entre el follaje a las primeras gotas, hoy los he visto a unos resguardados entre guijarros y a otros practicando deportes de riesgo como el de dejarse llevar por el oleaje callejero sin meta alguna o la que el destino les depara, como algún que otro alcantarillado, punto final de hojarascas , aguas sucias y pelillos a la mar. Lo malo de esas lluvias copiosas es que poco dejan de aprovechable, la tierra no puede beber más de ella a pesar de su sed extrema y hace lo que debe es decir, agua que no has de beber déjala correr. Como el ser humano es malo por naturaleza, Dios no le concedió los poderes de su hijo ya que de haber sido ejemplares, hoy podríamos estar convirtiendo el agua en vino, no toda, pero sí el montarnos alguna que otra bodeguilla.
Granos de arena
A ver cuantos se mojan
25/09/23 4:01
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