«Vanidad de vanidades, todo es vanidad» puede leerse en un pasaje del Eclesiastés, un libro de enseñanzas que forma parte de la Biblia. La Biblia es una colección de textos en hebreo, arameo y griego que se consideran sagrados en varias religiones. La expresión «vanidad de vanidades» se ha usado para reflexionar sobre la fugacidad de la vida y los placeres mundanos ante la realidad de la muerte. La literatura ha usado ese concepto para advertirnos contra el egocentrismo. Por mucho que nos creamos reyes del mambo acabaremos envejeciendo y muriendo. La fugacidad de la vida y la presencia de la muerte también ha primado sobre el mundo de la pintura, contrastando luces y sombras para impactar al espectador como en los cuadros de Caravaggio. Esto nos lleva asimismo al Carpe diem del poeta romano Quinto Horacio Flaco: vive el momento. Y a la expresión popular: «Totes ses deixades són perdudes». «La misma flor que hoy admiráis, mañana estará muerta» escribió Walt Whitman, poeta estadounidense, acaso haciéndose eco de Ronsard –«Vivid, si me creéis, coged desde hoy las rosas de la vida» -- o Garcilaso de la Vega –antes de que el tiempo cubra de nieve vuestro cabello.
Les coses senzilles
Vanidad de vanidades
07/08/23 4:00
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