Recuerdo el mensaje entusiasmado de una amiga interiorista cuando, desde Bilbao, me informó de que un cliente suyo italiano había encontrado la casa de sus sueños en Menorca, y le pedía un consejo que, de rebote por estar yo en la isla, recaía en mí. Era una bonita casa en un entorno cien por cien natural, tanto, que estaba en el parque de S'Albufera en Es Grau, en la zona donde algunos chalés tienen concesiones con fecha de caducidad, dado que se encuentran en un lugar de alto valor ecológico. «Me dejas de piedra» fue su respuesta a las informaciones que le pude pasar sobre la situación urbanística de la golosa propiedad, detalles de los que nadie al parecer había informado al posible comprador, o no lo suficientemente. Por descontado que siguieron con su búsqueda inmobiliaria en otras zonas y desconozco si después del tropiezo llegaron a comprar.
Vía libre
Pesadilla en el paraíso
27/06/23 4:00
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