19/02/23 4:00
El tiempo de Carnaval nos recuerda que la identidad puede ser muy pesada, a veces. Pero podemos cambiarla si nos apetece para parecer otro, otra u otre durante un tiempo prudencial. Es liberador, siempre que no se te vaya la olla y te aquijotes completamente. No puedes ir todo el año disfrazado para que no te reconozcan por la calle (sobre todo si tienes deudas) y poder descansar un rato de ti mismo. Durante unos días es aceptable socialmente, ya que está regulado como tradición festivo-jocosa previa a la Cuaresma. Y a la gente, por lo visto, le gusta más el cachondeo que el ayuno. Antiguamente, era un tiempo de permisividad y descontrol que ahora se ha extendido a todo el año. Nos hemos vuelto hedonistas y transgresores.