05/02/23 4:00
Vivimos tiempos de escraches, fantoches y derroches. Penurias a troche y moche: materiales e intelectuales. Indigencia moral por educación deficiente, antiguamente llamada ‘mala educación'. Esa que une la osadía a la soberbia. Los que no dudan jamás porque dejarían de ser fanáticos a diestra y siniestra. Odian la excelencia porque les recuerda su mediocridad y ausencia de mérito o capacidad. Reclaman todos los derechos posibles y se olvidan de sus deberes y obligaciones. Fácilmente manipulables por el poder o el influencer de turno. Se creen más listos que nadie y andan por ahí dando lecciones y exigiendo acatamiento a sus neuras e ideología.