Menos es más. Bella sentencia. Si se la espeto a mi hija suele significar: no hace falta que le pongas tantos ingredientes a la musaka, ya está buena en su versión original. Si la frase la pronunciara Diógenes tendría otros matices más interesantes. Ahora bien, si la usa Ara Maó, cuya relación con Més per Menorca no conozco en profundidad pero intuyo cordial, la cosa no deja de tener su qué (¿es más por Menorca menos, o sería más si fuera menos por Menorca? Ahí lo dejo.
He leído en cualquier caso una reseña en Es Diari donde la citada agrupación de electores vierte una serie de conceptos que me gustaría comentar desde la perplejidad y el respeto que me produce esa visión del mundo tan extraordinaria.
Dentro de la declaración de principios que incluye el «menos es más», sostiene Ara Maó que «el sistema capitalista ha desembocado en una crisis social y económica».
Puedo estar de acuerdo en eso, pero no se me escapa que el plan B al sistema capitalista es el sistema comunista, el cual se adapta también como un guante a idéntico análisis. Añadiría que la crisis social y económica con que nos castiga el sistema capitalista es preferible por varios motivos a la que produce el comunismo; al menos yo no me iría ni harto de moriles a vivir a Pionyang a disfrutar de la sociedad igualitaria y demás bendiciones que proporciona el sistema comunista, e imagino que los de Ara Maó (sí están en su sano juicio) tampoco.
Defiende también Ara Maó una reducción del consumo. No me parece mal. De hecho soy partidario acérrimo de una reducción del consumo institucional. Menos políticos, menos asesores, menos chiringuitos, menos ministerios, menos pesebres, menos gente chupando de la teta pública… todos esos menos se traducen en más felicidad para los paganinis (entre los que me encuentro, muy a mi pesar). Menos es más.
Un ejemplo práctico: ignoro el nivel de responsabilidad que compete asumir al equipo gobernante en el tema de los taxis, pero lo que sí parece claro es que en ese ámbito concreto (taxis en el verano menorquín) es donde más luce el aforismo en cuestión: Menos (taxis) es más… más desprestigio para la isla, más vuelos perdidos, más mala leche acumulada para quien espera durante una hora el preciado servicio.
Respecto a la receta que propone AM de reducir la jornada laboral (menos curro, más ocio) me parece también excelente, e imagino que se refiere a «su» jornada laboral. En mi caso surge aquí un pequeño problemilla. Se lo explico en dos palabras: Soy autónomo. Si yo reduzco mi jornada laboral (trabajo 7/7 unas diez horas diarias mientras mantengo abierto el negocio) se traducirá en que tendré que contratar a alguien que me supla parcialmente. Ese alguien cuesta entre pitos y flautas no menos de 2.000 pavos al mes. Ahora bien, para recuperar limpios esos 2.000 del ala tengo que facturar ni se sabe cuántos euros extra. En mi caso menos es menos. No lo tengo calculado pero nada me extrañaría descubrir que el estado me extrae (entre impuestos directos e indirectos) cerca de la mitad del fruto de mi trabajo. Me parece correcto, teniendo en cuenta que tengo que pagar los sobres de Rajoy, los ERES de Andalucía, los ministerios de Pedro el sincerote, los gastos del emérito campechano, los viajes de doña Irene con sus troncas, los agregados a la consultoría de asesoramiento de la secretaría de igualdad de la agenda dos mil y pico, los senadores que no paran de aportar al país beneficios, no solo económicos, sino espirituales, los dinosaurios y otras especies que calientan sillones en el Parlamento Europeo, los beneficiarios de subvenciones (todas ellas justificadísimas), las televisiones autonómicas y demás medios propagandísticos sin los cuales estaríamos a oscuras, las necesarias duplicidades y tripletas de la construcción de nuestro estado de las diputaciones y tal. Perdón, se me quedaba en el tintero una partida menor, la de maestros y sanitarios, que alguna migaja creo que les queda de lo que soltamos los pringados.
Total, que si hago menos horas pasaré más penuria. Ostras! Pues tienen razón, menos es más!