El tiempo pasa viendo vídeos cortos: tik, tok, tik, tok… Hablamos mucho de reciclaje, pero el tiempo no se puede reciclar. Es un bien perecedero. Fungible. Hecho de días contados y algunas horas muertas. Valioso por escaso. Si viviésemos una eternidad, el tiempo no sería oro y nadie lo apreciaría.
Nos agobian los anuncios sobre la recesión que viene y la cuenta atrás para que llegue. Tik, tok, tik, tok… De momento, hay alegría estival de consumo y empleo. Turismo de alto poder adquisitivo. Lujo por doquier.
A cada uno le tocan unas circunstancias y tiene que apechugar con ellas. La España 2022, dentro de la Europa del mismo año, ha sido testigo de la Cumbre de la OTAN. Como anfitriones hemos quedado de maravilla. Veremos cuando llegue el crudo invierno si mantenemos la cohesión frente a las amenazas cada vez más cercanas. La cosa va para largo. ¿Qué pasará con EEUU y su unidad, con la guerra por ahora en territorio ucraniano, la crisis energética mundial, los movimientos en el tablero geoestratégico y su repercusión en Menorca, reserva de la biosfera y, tal vez, patrimonio de la humanidad?
Necesitamos un relato integrador por encima de múltiples divergencias. Los sistemas democráticos corren el riesgo de disgregarse. Las dictaduras no admiten discrepancias y acostumbran a eliminar todos los derechos.
Érase una vez, un mundo dividido en bloques. Un imperio ataca, mientras el otro imperio contraataca. ¿Les suena?
