Hay que estar a las duras y a las maduras, y esta vez Menorca ha saltado a la actualidad por una noticia bien tonta, de esas de ‘tierra trágame', el serpenteante carril-bici construido entre el aeropuerto y la rotonda de la carretera que va hacia Sant Climent. Cierto es que cuando vi la imagen por primera vez era inevitable reírse, imaginarte una bicicleta intentando trazar curvas a diestro y siniestro, sorteando farolas y árboles, un mareo asegurado. Después ya me dio pena, como suele ocurrirme con cualquier otro tema cuando las hordas de internet se ceban con algo y dan rienda suelta a la saña, casi entraban ganas de adoptar el dichoso carril como nuestro Ecce Homo particular, se acuerdan, aquella fallida restauración pictórica que fue objeto de burla internacional. Pero la cosa ya no tiene tanta gracia cuando se conoce el presupuesto destinado a la vía para los adiestrados ciclistas que decidan recorrerla. Nada menos que 316.600 euros por una obra que tendrá que rehacerse y, como avanza Aena, en una línea lo más recta posible, no solo ya por razones estéticas -y para poner punto y final al cachondeo-, sino también de seguridad.
Vía libre
Las rutas de lo absurdo
02/03/22 0:44
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