La sexta ola ha pasado como una apisonadora por los sistemas de control de contagios de la pandemia. Son ya dos años pero como viene ocurriendo desde que empezó todo, vamos a remolque del virus y esta vez ómicron ha puesto patas arriba los recuentos de positivos; al mismo tiempo han aparecido nuevas formas de diagnóstico que desbaratan las estadísticas. Hace pocas semanas que comenzó ese debate sobre si vigilar o no la covid-19 con el mismo sistema de red centinela de la gripe y tratarla como tal, algo que los epidemiólogos y los médicos consideraron prematuro. Pero lo cierto es que el seguimiento del coronavirus se ha gripalizado –otra palabreja recién adoptada–, por la vía de los hechos, al menos en lo que se refiere a las cifras oficiales; están desbordadas y ahora ni siquiera las incidencias acumuladas pueden ser cien por ciento fiables, con toda seguridad son más altas de lo que se calcula.
Vía libre
‘Gripalizar' de hecho
26/01/22 3:59
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