Hola septiembre, ¿qué nos tienes preparado? Sabemos que nos traes la vuelta al cole, institutos y universidades para nuestros estudiantes y que en principio las clases volverán a la necesaria presencialidad, pero ya veremos. Sabemos también que nos traes el final de «agobiosto» y la vuelta a casa de muchos turistas, pero aún no nos has dicho cuántos traerás tú, aunque todo pinta a que los turistas que nos visiten en las próximas semanas podrán disfrutar de una isla algo más relajada, algo menos tensionada, algo más auténtica, ojalá sea así, por ellos por supuesto, por todos los que viven del único negocio que nos han dejado, y en general por todos los menorquines que podremos tratar bien a nuestros visitantes (a los que se lo merecen) y hacer de buenos anfitriones, ya saben, por eso de «entre poc i massa, sa mesura passa».
Sabemos también que traes las «no fiestas» de Maó, como hemos tenido en los demás pueblos de la isla nuestras particulares «no fiestas», hemos comprobado también, que cuando quitamos los caballos, y por más eventos culturales que intenten poner, las fiestas se parecen mucho a un macrobotellón mondo y lirondo, cada cual que saque sus conclusiones, pero es un hecho.
No tienes muy buena fama septiembre, y lo sabes, muchos dicen de ti que eres el mes más triste del año, y argumentan que contigo los días se acortan abruptamente y nos das menos luz de la que queremos, y sin esas horas de sol los niveles de serotonina se hunden, y ya sabemos que sin esas hormonas de la felicidad no somos nadie. Además argumentan que eres el mes de vuelta a la rutina y a muchos su rutina no les gusta una mierda, de hecho apuntan los datos a que eres el mes con un mayor número de rupturas sentimentales, incluso algunos van más lejos y te llaman directamente el mes del desamor, eres el mes donde Cupido se encierra en su cuarto nube con una caja de vodka y no quiere saber nada del mundo. Parece que el dios romano del amor, Eros para los griegos, se pone bailongo y vacilón en verano, y cuando huele el otoño le da más bajón que a Paquirrín en una biblioteca.
Hasta los Green Day te hicieron una canción «Wake me up when September ends» «El verano ha llegado y ha pasado, el inocente no puede sobrevivir, despertadme cuando acabe septiembre». Ya ves querido amigo, eres el mes en que yo nací, eres el mes en que nació el amor de vida, eres el mes en que han nacido muchos de mis amigos - nuestros padres echaron un buen ratito en Nochevieja animados por las uvas, las campanadas y el champán - y sin embargo te dan duro por todos los lados. Pues qué quieres que te diga septiembre, a mí me molas.
Y no porque seas el mes de mi cumple, eso depende de los regalos que me caigan, sino porque contigo sé que me seco agua y no sudor después de la ducha. Sé que septiembre es un mes de bodas, ¡chupate esa Cupido!, sé que puedes traer las primeras lluvias y ver mojarse a una isla seca da buen rollo. Sé que aún se puede disfrutar del Mediterráneo sin sufrir como en los meses que te preceden, sé que las lecturas entran mejor con una ligera brisa que pegado al ventilador, sé que los estrenos del cine valen más la pena, sé que disfruto más de todo cuando hay menos ruido, sé que ya tenemos bastante encima como para ir echándole a un mes en concreto la culpa de nada. Aunque… ahora que lo pienso, queridos lectores, al pobre agosto me lo he cargado, joder, soy pura contradicción y un interesado con el tema de los regalos, que le vamos a hacer. Feliz jueves.
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