¿Cómo lo llevan en particular cada uno de ustedes queridos lectores? Espero, sinceramente, que lo mejor posible. Y ya saben que pregunto por lo particular porque es obvio que en lo general la cosa está más difícil que pedirle a un daltónico que haga un cubo de Rubik , la cosa está más chunga que las tuberías que suministran de agua potable a nuestra Menorca. Parece que se tiran en fugas toneladas de litros de agua que bastarían para darle agua a Ciutadella durante un año, pero qué más da, todos sabemos que en el Mediterráneo no sufrimos sequías nunca y nos sobra agua para tirarla como nos salga de las narices, por eso no invierten un duro en mantener la red de distribución, es mucho más ético y justo repartir dividendos a los que tienen piscina climatizada. En definitiva, que ojalá que cada uno de ustedes esté navegando lo mejor que pueda, porque el contexto que nos rodea, y al que nos someten, es más oscuro que los tres primeros minutos de la película «Buried, Enterrado», (2010) del director Rodrigo Cortés.
Ante esta situación no he encontrado mejor salida, o alivio, o bálsamo, o llámenlo como quieran, que quitarle importancia a todo, empezando por uno mismo. No podemos estar continuamente frustrados por lo que no podemos cambiar, por lo que no está a nuestro alcance, para esas situaciones necesitamos mucha templanza, mucha calma, para no provocarnos un infarto, un ictus, o una ulcera por estrés. Por lo tanto deberíamos focalizar energía en lo que sí podemos cambiar, y ahí sí que tendríamos que poner todo el tiempo, todo el amor, y toda la energía. Veamos algunos ejemplos después del punto y aparte.
Muchas personas han estado durante más de un año enfadadas, obsesionadas y coléricas porque les obligaban a llevar una mascarilla, lo definían como un bozal, como una mordaza a su libertad, y han tirado de nariz balconera para ir tirando, de soltar bilis en las redes mostrando su mal humor, e incluso algunos insultando a los «covidianos», como borregos obedientes y cobardes que se dejan pisar por el sistema, se dejan inyectar grafeno en vena, y son incapaces de ver la auténtica luz que han visto ellos para desentramar el complot global villano que nos lleva a un mundo distópico gobernado por el 5G, donde solo ellos son la auténtica resistencia. Mira, si así han estado algo más felices, bien por ellos.
Otros en cambio se han dejado llevar por el pánico, por la paranoia, se han convertido en autenticos polis de balcón y de cola de supermercado, recriminando a todo aquel que veían con la nariz por encima de la mascarilla, poniendo a bajar de un burro a los jóvenes por irresponsables, a los que paseaban por en medio del campo con la cara descubierta, se han obsesionado con las cifras de contagios, han desinfectado hasta las pezuñas de sus gatos, y viven con gran angustia y temor cada cifra que publican los medios. Mira, si así han estado algo más felices, bien por ellos.
Yo no voy a convencer a unos, ni a otros, de las ventajas o inconvenientes que tiene comportarse de tal o cual manera. Juntando palabras no voy a influir lo más mínimo en su forma de pensar, además, tengo más dudas que canas, y ya son muchas, así que allá cada cual con su culo y sus almorranas. Una vez más me quedo en tierra de nadie recibiendo unas cuantas hostias, pero qué le vamos a hacer, al fin y al cabo nada es tan importante. Feliz jueves apoyando con orgullo todas las reivindicaciones del colectivo LGTBIQ+, que uno duda de muchas cosas, pero de los derechos humanos nunca.
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