¿Cómo lo llevan queridos lectores? Espero que en lo personal lo mejor posible, visto que en lo general la cosa esta más malita y desagradable que comer pepinillos con nata. El terrorismo machista sigue matando, y lo sigue haciendo de la forma más cruel y salvaje que nos podamos imaginar, matando hijas de mujeres para provocarles el dolor infinito del que nadie se puede recuperar, y muchos medios siguen tratando con un morbo que da un ascazo increíble la noticia, sin importarles una mierda el sufrimiento de la mujer y su familia, solo buscando titular, clickbite y audiencia en prime time que les ayude a vender los productos que publicitan. A esa prensa carroñera, que se disfraza de sensibloide, les presento el más profundo de mis desprecios.
Y qué decir de los negacionistas del terrorismo machistas, los que argumentan que sí, que condenan la violencia, pero que la condenan de donde venga, del hombre hacia la mujer, o de la mujer hacia al hombre. Es una forma torticera y maquiavélica de ocultar su más hondo antifeminismo. El argumento que dan es tan absurdo como decir que condenan tanto la violencia que viene del pedófilo hacia los niños, como la que viene de los niños hacia el pedófilo. Señoros, abran sus orejas y dejen que se airee su oxidado cerebro. El terrorismo machista lleva ya más mujeres asesinadas, y niños y niñas, que todas las víctimas que causó el terrorismo abyecto de ETA. Desde el 2003, y en cifras oficiales, han muerto en este país 1.076 mujeres asesinadas por sus parejas y exparejas. Pero qué más da, me pongo banderas por todo el cuerpo y puedo seguir soltando mis gilipolleces con total impunidad, ¿qué los datos contradicen todos mis argumentos?, pues me cago en los datos y punto, a ver si os pensáis que los de ultraderecha hemos llegado alguna vez al poder yendo de cara, leeros un poquito más el manual de Goebbels y sabréis como funcionamos.
Y siguen en su línea diarreica ideológica, porque aunque dicen con la boquita pequeña condenar toda violencia, son los primeros que tiran de testosterona y alientan y promueven la violencia para conseguir el poder a cualquier precio. Poder que les servirá para seguir ahondando en las diferencias entre ricos y pobres, y para dibujar un país en blanco y negro donde solo los que piensan como ellos tienen cabida. Bueno, bien pensado, más en blanco que en negro, porque aunque nieguen su racismo diciendo que tienen amigos negros, como niegan su homofobia diciendo que tienen amigos gais, el hedor xenófobo y homófono no lo pueden tapar ni comprándole a Bustamante todas las colonias que produce, y parece que son muchos litros.
Ay, qué calor, y ay, qué pereza da estar repitiendo lo básico, así no hay manera de pasar de pantalla para avanzar, y además este calor húmedo y pegajoso que nos golpea no ayuda en absoluto, pero es lo que hay. Frente a las pandemias de virus cabroncetes tenemos a la ciencia, pero frente a las pandemias de tiranos y corruptos, es imposible encontrar la solución en un laboratorio.
Lo siento, lo siento y los siento una vez más, pero si no me agarro a la Filosofía, al lúpulo y a los amigos, la cosa se va al carajo sin remedio. Merece darle dos vueltas a la frase que escribió el filósofo estadounidense Henry David Thoreau: «Bajo un gobierno que encarcele a alguien injustamente, el sitio adecuado para una persona justa es también la cárcel». Pues aquí lo dejamos, que para la temperatura que marca el termómetro ya hemos dado demasiado la turra. Feliz jueves.
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