Adiós a las armas
Del rap a la cárcel
19/02/21 0:00
No es motivo concluyente que las infumables letras de un rapero de pacotilla sean constitutivas de un delito que acarree el ingreso en prisión, aunque así lo contemple el Código Penal. Por muchas barbaridades que el tal Pablo Rivadulla, artísticamente denominado Pablo Hasél, cante a sus seguidores, el contenido de sus creaciones no debería implicar la cárcel. Otros delincuentes retuercen el reglamento para eludir la privación de libertad cuando sus delitos han tenido más incidencia que los de este poeta urbano célebre no por su talento musical.
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