Se pregunta Enric Juliana hoy en «La Vanguardia», si quedan trumpistas en España, más allá de los que andan atareados estos días borrando twits de los tiempos ‘gloriosos' cuando el magnate aconsejaba lavarse los pulmones con lejía, bajaba impuestos a los ricos, inundaba el Tribunal Supremo de jueces ultraconservadores o alentaba a los supremacistas blancos mientras reprimía a los militantes del Black Lives Matter. Fiel a su línea, Trump no les falla nunca a sus huestes: «os amo, sois especiales, no os rindáis» les dice en plena refriega. Me recuerda aquel famoso apreteu…
9-I-21 Sábado
Si hace unos días era un amigo librero el que me contaba el atraco perpetrado con nocturnidad y alevosía a su establecimiento, hoy es una amiga residente en Madrid la que me relata el asalto a su domicilio mahonés. Nada fuera de la ‘nueva normalidad' por lo que cuenta radio calle sobre el incremento de atracos, salvo por un detalle concurrente: en el primer caso no se llevaron nada de valor, pero no se fueron sin antes destrozar ordenador, datáfono y demás instrumentos de trabajo y lanzarlos por la ventana a la calzada en un estúpido acto de salvajismo gratuito, como el de la irrupción nocturna de una horda de juerguistas en el domicilio de mi amiga, donde sentaron sus reales para gozar de un prolongado fiestorro, tras el que quedó lo más parecido a un campo de batalla.
Uno puede entender que se robe para comer y más en una época de crisis galopante, pero lo realmente inquietante es esa violencia gratuita, el destrozo por el destrozo… Se avecinan tiempos duros.
10-I-21 Domingo
Día grande para el devorador de periódicos, que bullen de análisis y reportajes sobre la performance trumpiana perpetrada el día de Reyes. Ni siquiera en medios de la derecha mediática detecto alguna opinión que trate no ya de bendecir sino de justificar la errática y peligrosa conducta del magnate pirómano. Hasta Marhuenda en «La Razón» habla del «esperpento trumpista». Otros optarán por referirse a «ese dirigente del que usted me habla», patentado por Rajoy cuando lo de Bárcenas, o a esos «incidentes» del Capitolio… Masajeo mis sienes para hurgar en los sedimentos de tanto análisis y tratar de desbrozar algunos puntos sensibles. Veamos:
- Si la insurrección no alcanzó sus últimos objetivos (subvertir el voto popular) fue precisamente porque el ejército no le siguió el juego a Donald Trump y se mantuvo fiel a las instituciones legítimas de su país que funcionaron a la perfección manteniendo la votación.
- Si alguien tenía dudas o resaltaba el «natural y benéfico» patriotismo del make America great again, hará mejor en limpiarse las legañas del prejuicio: la extrema derecha mundial entiende la democracia a su manera, es tal cual se ha mostrado en Washington, sencillamente es así: todo lo que no orbita a su alrededor es ilegítimo y los ‘patriotas' tienen todo el derecho a ‘actuar'…
- El carácter extremadamente manipulable de la ignorancia…
- La creciente pulsión autoritaria de una parte considerable de la humanidad, que asoma de tanto en tanto la pezuña para encomendarse a un gran líder que combata sin tregua a las élites pedófilas o, en su versión light, a una no menos fantasmal «dictadura progre».
- El creciente poder de la mentira, hoy día amplificada por unas redes sociales que la transforman en una «realidad alternativa», en la que la verdad es un concepto tan volátil como manipulable. Goebbels redivivo.
- Como ‘curiosidad', la que revela una encuesta del Instituto Pew y que comenta Pedro J. Ramírez en «El Español»: Un 45 por ciento de los votantes de Vox piensan que «Trump hace lo correcto con respecto a los asuntos mundiales», el porcentaje más alto entre todos los partidos de extrema derecha de Europa… ¿Se referirán a la política exterior de torpedear los consensos internacionales, darle la razón en todo a Israel y Arabia Saudí, y volver a aquel siniestro «eje del mal» capitaneado por Irán).
- Estas y otras cuestiones no se van a resolver con la abrupta derrota del aún presidente Trump. La pulsión anarco-autoritaria continuará ahí dispuesta a seguir al siguiente chamán. Conviene estar alerta, porque nos jugamos el futuro de nuestras democracias.
11-I-20 Lunes
«Estoy empachado» nos revela hoy Iñaki Gabilondo para despedirse de su celebrado comentario matinal en la cadena SER, un islote de sensatez y rigor argumental en el mar de los sargazos de arrogancia, zafiedad y tergiversación que amenaza con anegarnos. Cuando escucho a Iñaki veo mis propias dudas cada fin de semana, cuando me pregunto si vale la pena continuar o no con esto del comentario público. Sigo con mi vocación periodística intacta, pero sé de lo que habla el bueno de Iñaki cuando se refiere al empacho… ¿Vale la pena insistir en la imperiosa necesidad de salir de las trincheras?