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Seguramente no es comparable pero así me siento. De las clases escolares de Literatura recuerdo las historias personales de los autores de la Generación del 27. Una grupo de personas que sintieron el contraste de culturas, como el poeta Federico García Lorca. De un Nueva York de rascacielos a una España negra y profunda.

Ahora que estamos en el siglo XXI, estamos viviendo acontecimientos como si fueran del siglo pasado. Mascarillas de tela quirúrgicas, cuando se podrían llevar transparentes; patinetes y bicicletas como alternativa al coche, y nos vienen con limitaciones de un gobierno que precisamente tendría que ser progresista.

Puedo entender las limitaciones de velocidad, y el tener que sacarse un seguro pero no más. Ir por una acera no lo veo un inconveniente cuando es amplia. En caso de ser estrecha, se apea uno/-a. Llevar a un niño a bordo, tampoco lo veo un inconveniente ya que va en un pedestal y su cabeza (que va con casco) está por encima del manillar, y además lleva un manillar supletorio para agarrarse. El patinete es una alternativa ecológica. Lo que sí veo un peligro es que el patinete vaya por la carretera, los coches no tienen cultura cívica, y provocaría más de un susto. Lo que veo con la norma anti-patinetes es una intencióin de «sacar los cuartos», el coche da más dinero con impuestos, la gasolina, las multas, los parquímetros.

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No estoy al tanto de cómo se gestionan en otros lugares pero entiendo que Menorca si presume de algo es de la naturaleza, de que seamos Reserva de Biosfera. Entonces esta normativa se contradice. ¿Cómo no se puede circular con patinete? ¿cuántas incidencias ha habido para poner esta normativa? Huele a interés. El patinete cuando se lleva a un pequeño es para ir al cole o volver a casa. La autonomía de un patinete es bastante limitada ya de por sí, como la velocidad. Están diseñados para no subir de 20 km hora.

Mahón en concreto deja mucho que desear en cuanto a carriles de bicicletas o patinetes, un vehículo que ha venido para quedarse. Una ciudad que podría dar la bienvenida a la modernidad, a la vanguardia, a las alternativas ecológicas. Que apostara fuerte con un proyecto atractivo para el ciudadano residente, y ya ni te cuento para las personas que quieran elegir esta isla como destino de nueva residencia para teletrabajar o como destino turístico.

Menorca debería estar más despierta a estas iniciativas evolutivas, y estar por delante de lo que ya es una realidad y que viene pisando más fuerte que nunca: vehículos sin tubos de escape.