Dicen que el pez grande se come al chico –es peix gros es menja es petit— y esto puede ser particularmente dramático en cuestión de lenguas. Cuando éramos pequeños nos decían que cuando tuviéramos «uso de razón» entenderíamos muchas cosas, pero en cuestión de lenguas podemos llegar a los setenta años y seguir sin entender muchas cosas, o sin querer dar nuestro brazo a torcer. Existen muchos condicionantes sociales y culturales, rivalidades entre pueblos, circunstancias históricas y demás que se convierten en barreras a la hora de entendernos simplemente por el hecho de usar una lengua u otra. Existen incluso casos curiosos; esta mañana he visto a un inglés pedir direcciones a una mujer que por lo visto no hablaba su lengua –ni el inglés la nuestra, por supuesto. La mujer se ha puesto a hablarle en castellano, lengua que tampoco dominaba el inglés, y en vista de que el hombre no la comprendía se ha puesto a gritar como si fuera sordo. Pero el inglés no era sordo, simplemente era inglés. A lo mejor ni siquiera era inglés; a lo mejor era de otra parte de Gran Bretaña o del extranjero donde se habla inglés. Lo que ocurre es que las lenguas más extendidas, como el castellano o el inglés, se comen a las menos habladas, como sucede con el pez grande y el pez chico. Y por lo visto esto no ha hecho más que empezar, puesto que ahora hemos topado con internet y los medios digitales donde según auguró András Kornai las lenguas pequeñas nunca se normalizarán, sino que, al contrario, van a experimentar una muerte masiva. Desaparecerán, y con ellas morirán culturas enteras como la nuestra. Será una muerte por substitución; el inglés sobre todo, pero también el chino conseguirán imponerse en internet y también en la economía mundial.
Les coses senzilles
Lengua digital
26/10/20 0:43
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