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Por si todo fuera poca cosa, ahora además tenemos un mosquito invasor llamado mosquito tigre y últimamente otro que aún parece más peligroso que ha causado estragos en la provincia de Sevilla, por nombre mosquito del Nilo, que solo dios sabe cómo llegó a Sevilla. Tiene capacidad para matar a su víctima.

Conviene, dentro del variopinto mundo de las pandemias que han azotado y que azotan amplias zonas del mundo, tener clara la diferencia entre virus, bacterias y mosquitos. Algunas de esas pandemias han venido propiciadas por el tifus, la fiebre amarilla, el dengue, el cólera, la viruela, la lepra, el ébola, la tuberculosis, malaria, el SIDA. A propósito, según nos lo contaba Javier Sampedro («El País» 25 de abril de 2020): «se han registrado pandemias de SIDA, de tuberculosis, cuatro nuevos tipos de gripe, siete de cólera, fiebre aviar, fiebre aftosa y en menor cuantía la de las vacas locas». Aunque la más mortífera que el mundo ha padecido ha sido la llamada «gripe española» que causó 50 millones de muertos en el mundo en una época que España tenía 30 millones de habitantes. Lo digo como dato exponencial para darnos cuenta cabal de lo que fue aquella pandemia. No podemos olvidar la gripe que nos visita todos los años, que aparece y que desaparece entre otoño y primeros de invierno. Se trata también de un virus, un patógeno que vino en mala hora para quedarse y que por más que tengamos asumida su indeseable presencia y no le hagamos mucho caso y contemos con una vacuna, mata al año una media de medio millón de personas en el mundo, que no es una cifra menor.

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Aparte de la letalidad de algunos virus, tenemos que combatir con su desconocimiento sobre ellos y la falta de vacunas o medicamentos paliativos. De ahí que sus efectos acaben en estragos terribles y los causa un «bicho» increíblemente diminuto. Decía el otro día una viróloga en televisión que un solo cabello humano puede contener 20.000 coronavirus. No es el caso de otra pandemia que azota a amplias zonas de África, como la malaria, que la propaga un mosquito causando miles de muertos. La fiebre amarilla también la propaga un mosquito. Por cierto, dice la sociedad científica que un mosquito que pique a un ser humano contaminado por un virus, al animal contaminado por el virus no le pasará nada pero se convertirá en portador de la enfermedad de manera que al picar a otra víctima la contagiará. Además los mosquitos pueden propagar la llamada fiebre chikungunya, el dengue, la encefalitis equina, la encefalitis japonesa, la encefalitis crosse, la encefalitis de San Luis, el virus del Nilo occidental. Las ratas pueden ser las causantes de pandemias que han provocado miles de muertos, sobre todo en zonas donde hay una pobre o nula política de saneamiento en los núcleos poblacionales donde los desechos se amontonan junto a las viviendas. ¿Qué son las bacterias? Las bacterias son organismos microscópicos, unicelulares, carentes de núcleo, que se multiplican por división celular o por esporas. Las bacterias son los agentes causantes de muchas enfermedades, en algunos casos mortales. Últimamente en Botswana han muerto una gran cantidad de elefantes por causa de una bacteria. Un microorganismo capaz de eliminar a un plantígrado que pesa 6.000 kilos.

Como vemos, por esta modesta muestra, convendremos que estamos rodeados de seres que pueden causarnos severas pandemias y observarán que son diminutos, caso de algunos virus como el coronavirus que no es ni será el último que nos ponga en verdaderos apuros y que está lejos de haberse ido. De hecho, el virólogo Luis Enjuanes ha dicho: «puede haber algún repunte que nos obligará a cerrarlo todo otra vez». Dios no lo permita porque no sé cómo saldremos de semejante trance viendo el tsunami destructivo que está ocasionando. Y contra este enemigo de nada no sirve un ejército por más que nuestro ejército sanitario tenga que luchar más desarmado que armado contra la pandemia. Aunque algunos desaparezcan, como pasa con algunos insectos en invierno pero que reaparecen en verano. Es como las hojas que caen del árbol hasta no dejar ni una y luego en primavera aparecen.