La sonrisa perfecta y la buena salud de encías y dientes tiene un precio, y no es pequeño. Si uno no cuenta con el apoyo inestimable de la genética y no pone mimo en el cuidado de sus piezas, la factura de las reparaciones dejará tiesa cualquier economía media. El elevado precio de los tratamientos dentales y la escasa cobertura de la sanidad pública abocan a muchas personas a caer en la trampa de cadenas de clínicas que en los últimos años proliferan, rompen el mercado, ofrecen financiación atractiva y se abren paso con una publicidad agresiva, que cala sobre todo y como siempre, en los que tienen las rentas más bajas. Porque solo así pueden acceder a los tratamientos, pagando a plazos implantes, empastes u ortodoncias. Tanto la estética como la salud bucal no están todavía por desgracia al alcance de todos en este país.
Vía libre
Sonreir tenía un precio
13/10/20 0:00
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