Claro que habrá flores en primavera, pese a todo. Quizás cueste olerlas, si todavía estamos parapetados tras el muro de la mascarilla. Pero ¿qué economía florecerá?, ¿habrá brotes verdes?
Uno seguro, que quizás pueda ser un faro entre tanta oscuridad pronosticada. Hauser & Wirth abrirá su galería en la Illa del Rei. Como explica el periodista David Baret en su reportaje de «El Económico», el centro de arte de una de las principales galerías del mundo, con ocho espacios expositivos, se podrá visitar de forma gratuita entre abril y octubre, y en verano será posible hacerlo hasta las doce de la noche.
Faltos de iniciativas económicas, este proyecto es la proa que muestra un futuro con un objetivo distinto, nuevo, fresco, fuerte, innovador, culturalmente muy interesante y turísticamente muy prometedor.
A mí me da la impresión de que es una gran piedra, un pilar, del nuevo edificio que necesita la economía de la Isla. Porque, entre otras cosas, transmite autenticidad, porque nace de la cultura y del arte, pero también porque sus promotores han sabido percibir de Menorca alguna cosa esencial. Primero debió ser la fascinación que despierta en muchas personas de fuera la belleza natural del paisaje que las generaciones que nos precedieran supieron conservar y que ahora intentamos mantener. Pero hay algo más en esa apuesta de futuro por la Isla. Puede que sea el empuje de los voluntarios de la Illa del Rei, una energía que se transmite y que ayuda a transformar muchas cosas. Estoy seguro que otras regiones pelearían por tener un centro de H&W. Nos conviene darle la importancia que merece y quizás inspirarnos en su forma de ver las oportunidades que tiene Menorca para resurgir y trabajar para dejar atrás el hundimiento que provoca la pandemia y enfocar un proyecto compartido e ilusionante.
La crisis nos hará sufrir pero también puede convertirse en una oportunidad para hacer las cosas de forma diferente y mejor.
