Dos días. Es el tiempo que ha bastado para comprobar la fragilidad del sistema en el nuevo curso escolar, que arrancó el jueves pasado en Menorca y el sábado afrontaba el primer contagio de una alumna. Sin duda estas generaciones quedarán marcadas por la pandemia, que está condicionando su educación y desarrollo. Precisamente ayer, cuando trascendía la noticia de la primera clase aislada en un colegio de Ciutadella, se cumplía medio año ya de la declaración del estado de alarma en España. Cuesta creer todo lo que ha venido después. Y lo que vendrá, porque a este ritmo el virus que debía sucumbir al calor del verano se convertirá en el Jack Skeleton que secuestrará la Navidad, como en la pesadilla cinematográfica de Tim Burton.
Vía libre
Entre el miedo y las ganas
15/09/20 0:35
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