19/07/20 0:31
En boca cerrada no entran moscas, y menos si llevas puesta la mascarilla. No entran virus ni malos humos, utilizando el filtro adecuado, pero preferimos el boca a boca e ir a cara descubierta, antes que andar embozados por causa de fuerza mayor y porque lo manda el BOE. La crisis pone al descubierto muchas cosas, pero tapa otras: oculta las vergüenzas de tanta imprevisión, descoordinación e insubordinación descarada. Cuando caigan las mascarillas, nos veremos cara a cara. Parecerá que hemos vivido una larga pesadilla. Ya no habrá que sonreír con los ojos ni saludar por los codos. Volverán los besos y efusivos abrazos sin temor a contagiarnos. Experimentaremos la euforia característica de los supervivientes.