Por mucho que el presidente Sánchez haya anunciado que el turismo volverá a España en julio –será si quieren y pueden, o si no han escogido ya Portugal, Grecia o Croacia–, los peores augurios se han cumplido para algunos pequeños negocios en Menorca. El coronavirus se los ha llevado por delante, algunos eran florecientes el verano pasado y otros, ya con dificultades, han tenido en el estado de alarma la estocada final. La parálisis provocada por la pandemia ha puesto de relieve muchas cosas: las diferencias sociales en vivo y en directo, desde cuentas de Instagram de pobres confinados en sus jardines y de confinados pobres en pisos, compartidos o no, pero de esos que con 50 o 60 metros cuadrados y sin balcón se creían más que suficientes para una pareja o una familia antes de esta crisis.
Vía libre
Apuesta recíproca
26/05/20 1:21
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