Es un despropósito todo. En general y en concreto. Nos lo estamos tomando todo como el pito del sereno y vamos a acabar mal, muy mal. Llevamos unos días en la fase 1 y nos hemos desfasado, a la vez que recuperamos cada vez más nuestro lado egoísta. Aquel que, prometimos mejorar cuando estábamos confinados ¿recuerdas? Bien, pues ahora en la moda de hacer retos parece que nos hemos puesto entre ceja y ceja echar por tierra todo lo que hemos hecho. Y volveremos a estar encerrados. Y volveremos a lamentarnos. Y volveremos a contar muertos, a miles.
La proclamación de las distintas fases en España ha permitido tomar algo de oxígeno y ganarle un poco la partida al virus. Podemos salir, bien; podemos ir al bar, estupendo; podemos practicar deporte, fetén. Pero que lo podamos hacer no significa que nos pasemos por el mismísimo forro las normas y recomendaciones médicas que ayudan a que no se flirtee con el puñetero virus.
He visto abrazos, he visto besos, he visto imprudencias de todo tipo. He visto irresponsables que con sus irresponsabilidades nos van a jorobar el chiringuito. ¿Os acordáis cuando aplaudíamos orgullosos a nuestro personal sanitario, y que, además, nos sentíamos especialmente satisfechos porque era la única forma de colaborar? Ahora, literalmente, les estamos escupiendo a la cara. Estamos dilapidando su sacrificio, el nuestro y quitándole el sentido a todo lo que hemos tenido que hacer para poder llegar hasta aquí. Nos estamos yendo, un poquitín más, a la mierda. Entre todos y gracias a todos.
La sensación que tengo es que no nos lo estamos tomando como deberíamos, que le estamos faltando al respeto a todo. A que esta situación se haya cargado a más de 24.000 personas solo en España, a que haya bombardeado la economía que teníamos, a que nos han trastocado un montón de planes de un tiempo a esta parte… Estamos hartos de estar en casa, lo entiendo, pero vamos camino de tener que repetir el castigo.
Y no será solo culpa de los que mandan, será culpa nuestra porque somos unos irresponsables. Y cuando no tengamos trabajo, sueldo o la sociedad del bienestar se tambalee todavía más de la cuenta y se acabe rompiendo, la cara de tontos que nos quedará será histórica.
Nos dieron la oportunidad de ser responsables y consecuentemente de poder salir, recuperar fase a fase la normalidad y parece que hemos decidido que es más importante el ‘Yo' que el ‘Nosotros'. No somos imperfectos, somos irresponsables. Y tendremos la desfachatez de culpar a otros cuando nos empezamos a merecer otro confinamiento. Sentido común, por favor.
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