Estamos viviendo momentos que son más bien de una comedia de enredos que de una situación política enfrentándose con una crisis. En Estados Unidos vemos el caos total dirigido por alguien al que solo le interesa ganar las próximas elecciones. En pocos días Trump pasó de decir que el controlaría todo lo relacionado a la cuarentena a pasar toda la responsabilidad a los gobernadores de los estados. Una vez hecho eso empezó a incitar a la población a salir a la calle y protestar contra los gobernadores. A los gobernadores que pertenecen al Partido Demócrata, naturalmente.
Así hemos vistos sus tuits diciendo: «liberar Michigan», «liberar Virginia», etc. Naturalmente sus partidarios han salido a la calle con pancartas pidiendo que se abran las tiendas de armas o las chicas pidiendo ir a la peluquería. Encima del desorden de la cuarentena por el dispar control local, el presidente pide desobediencia. Es una situación increíble.
Pero ya habíamos estado viviendo momentos de los más estrambóticos. La Asociación Nacional del Rifle (NRA) ha puesto un pleito al gobernador del Estado de Nueva York por haber obligado a cerrar en la cuarentena a las tiendas de armas. Esta situación la resolvió posteriormente Trump declarando las tiendas de armas como trabajo esencial.
Por otra parte algunos de los líderes evangelistas también han levantado protestar por no permitir ceremonias religiosas con presencia de los fieles. Algunos hablaron que lo de la muerte lo decide Dios, no es el virus. Un pastor Gerald O. Glenn que en su protesta afirmó públicamente ser esencial ya que él hablaba con Dios desobedeció las reglas de cuarentena y organizó servicios religiosos públicos. A los pocos días moría de coronavirus. Casi me hace pensar que tenían razón los predicadores y ha sido decisión divina.
Mientras seguía la comedia, el Congreso trabajó en buscar una solución para ayudar a la economía en este difícil momento. La decisión fue dar a los ciudadanos dinero para que pudiera mantenerse el mercado durante esos meses de crisis. La cosa se puso en marcha rápidamente y ya hace más de una semana que recibí mi cheque del Gobierno. Lo que se distribuyó fueron 1.200 dólares por persona a quienes tuvieran las rentas más bajas, y fuero recortando la cantidad al ir subiendo el nivel de la renta. A mi me ha parecido una muy buena iniciativa, aunque yo no hubiera dado nada a quienes tenían las rentas más altas y mejor dar un poco más a quienes están en mínimos. Tampoco se dio nada a las personas sin papeles que naturalmente es uno de los grupos más débiles económicamente. Como es lógico, Trump que estaba en contra con esta medida cuando se puso en marcha resultó ser su iniciativa e hizo poner su nombre en todos los cheques.
Esta es una manera inteligente de poner en marcha los mercados ya que todo ese dinero en ese momento va directo al mercado porque la gente lo necesitaba para comprar. Como decía Henry Ford «yo pago a mis empleados lo suficiente para que puedan comprar mis coches.» Posición puramente capitalista, pero inteligente y practica. Mientras que las iniciativas tipo neoliberal van hacia cortar los impuestos a los que tienen ingresos más altos esperando el goteo de dólares a través de inversiones de este capital. Eso realmente no suele funcionar ya que los que tienen más ingresos ya compran todo lo que quieren y en momentos difíciles no invierten.
La iniciativa del Congreso americano tiene bastante en común con lo que quieren los miembros más progresistas del gobierno de Sánchez en España, poner en práctica lo más pronto posible la Renta Mínima Vital, aunque la motivación sea diferente. En el caso de los políticos progresistas la primera motivación es ayudar al sector de población que está en más serio peligro en la crisis económica. En España las cosas de palacio van despacio y no se pondrá en marcha hasta el mes que viene. Bueno habría sido repartir los cheques a las personas con máxima necesidad a primeros de abril.
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