Les coses senzilles
La reliquia
He puesto una foto en Facebook con un pie donde se leía: «Setanta anys de ma vida passaren de pressa». Setenta años de mi vida pasaron de prisa. Resultado: ciento sesenta y cuatro «Me gusta» y ciento treinta y siete felicitaciones de cumpleaños. Y sin embargo, mi cumpleaños es el cuatro de abril. Solo una mujer ha escrito: «i encara no manca, penjat a la branca, un tros de la corda de l'engronsadora, com trista penyora, despulla podrida d'un món esbucat». Efectivamente, así es como sigue el colofón a poema «La relíquia», de Joan Alcover, de donde he cogido la frase prestada para dar a entender la fugacidad del tiempo en la vida de uno cualquiera de todos nosotros. Una vez, alguien me dijo que si ponía una foto intrascendente en Facebook podía obtener en seguida muchísimos «me gusta», pero que si ponía un libro obtenía muy pocos. Está a la vista que, como dicen por ahí, la gente no está por la labor. Hace ya más de diez años que cité en cierta ocasión a John Lennon en clase de inglés de Segundo de Bachillerato; un jovencito levantó la mano y me preguntó: «¿Quién es John Lennon?». Tuve que explicarle quién era. Cuando días más tarde puse en la pizarra el nombre de James Joyce nadie se molestó en preguntarme, pero pude comprobar que tampoco nadie le conocía. Para eso tendría que haber puesto a alguien más moderno. Pero hoy en día la modernidad dura tres meses a lo sumo, que es lo que tardan los libreros en devolver los libros que no han vendido. Hoy poca gente conoce a Joan Alcover, pero en cambio, Albert Espinosa genera colas multitudinarias cuando firma alguno de sus libros.
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