Sin flash
El desmadre
Estamos pasando de la Transición a la Demolición. De un Estado de derecho a un desastre de incierto final. Se empieza por una senda y, cuando uno se da cuenta, ya no sabe cómo dar marcha atrás. La excesiva permisividad tiene consecuencias: se sobrepasan los límites y se pierde el miedo a cualquier autoridad que no se avenga con nuestras pretensiones. Se hace imposible la convivencia pacífica. No hay garantías cuando triunfa la intimidación y numerosos delitos quedan impunes. Eso es lo que hemos estado buscando o permitiendo, arrastrados por el neopopulismo y los fanáticos de turno, ante el silencio o la pasividad cobarde de la mayoría. Nada nuevo. Cuando se crean divisiones entre ciudadanos, se recogen frutos amargos. Arden ciudades, se interrumpe el tráfico, se pierden amistades, se quiebra la confianza, aparece el caos.
También en Opinión
- El experto desaconseja tanto el consumo de agua embotellada como tener ósmosis inversa en casa
- «Los menorquines pueden transmitir hoy las herencias en vida a sus hijos»
- Agustí Rodríguez: «Si llega a Menorca una sequía como la de los años noventa podría ser catastrófica»
- La tramontana disipa los temores del sector a las molestias de la velella
- De Praga a Ámsterdam: los 66 vuelos directos que conectan Menorca con Europa este verano