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Las protestas por la falta de acción de los político en el tema del cambio climático han sido muy numerosas en todo el mundo. Durante unas semanas hemos vivido esa actividad que fue iniciada por Greta Thunberg con su viaje en barco a la cumbre climática. En estas marchas hemos visto a muchos jóvenes. Ellos están tomando conciencia de que les estamos destruyendo «su mundo». El planeta que van a heredar esta profundamente enfermo.

El último informe de las Naciones Unidas sobre el cambio climático es altamente preocupante. Su mensaje es que ya hay cambios masivos en los océanos y las regiones heladas. El futuro está marcado por la subida del nivel de los océanos y desaparición de muchos glaciares. Las consecuencias pueden ser muy graves. Grandes inundaciones en zonas costeras que solían pasar una vez cada cien años serán de ocurrencia annual en un próximo futuro. Al final de este siglo se espera una subida del nivel del mar de más de un metro.

Así miró Greta Thunberg a Trump cuando este llegó a la cumbre del clima

En España hemos vivido este verano unas señales muy claras de como está empeorado la situación climática. Por una parte lluvias torrenciales de una intensidad muy poco común han causado inundaciones con grandes daños materiales y llevándose por delante unas cuantas vidas humanas. La intensidad y rapidez de algunas tormentas ha sido algo nunca visto y los pantanos a los que ha afectado han tenido que abrir compuertas ante la incapacidad de controlar las aguas. Por otra parte en el centro de España estamos con una sequía extrema con pantanos con solo un 20% de su capacidad nominal. La escasez de agua en estas zonas puede ser un serio problema en los próximos meses.

Dada esta situación no es sorprendente la respuesta de la juventud a estos problemas. Ya no es una «especulación» científica, como algunos la llaman, sino que la evidencia está delante de nosotros. Pero a pesar de esto, no hay respuestas claras por parte de la mayoría de políticos.

A pesar de toda la evidencia, desde que Greta Thunberg empezó su viaje a la cumbre climática ha sido atacada en todos los aspectos posibles. Unos parlamentarios franceses se rieron de ella llamándola la «profetisa en shorts». En USA la han criticado acusándole de hacer teatro en sus presentaciones, de montarse un sistema de publicidad para ganarse dinero. Incluso se ha dicho que esta al servicio de grandes compañías que pretende hacer negocio. Acusación curiosa por quienes defienden el uso de los combustibles fósiles.

Me han llamado particularmente la atención los comentarios del Sr. Aznar sobre los que luchan por evitar que empeore el cambio climático. Su punto de vista es que estas personas activas por evitar la muerte del planeta son radicales que quieren acabar con la libertad en la sociedad. Este señor ha dicho: «de lo que se trata no es tanto de cómo podemos afrontar los efectos de un cambio climático o cómo podemos adaptarnos a ello sino cómo destrozamos las sociedades libres y cómo condenamos a millones de personas a la pobreza y a la desesperación, bajo la apariencia de luchar, equivocadamente, contra algo que se puede afrontar de otra manera más razonable.» No está nada claro cual es la forma en que esta crisis se puede afrontar de forma más razonable. No he visto que propusieran, él o su partido, ninguna medida «más razonable.»

Tampoco se llegó a ninguna propuesta clara en la cumbre del clima de este año. Trump organizó en Nueva York y en paralelo a la cumbre climática una reunión para la Protección de Minorías Religiosas. Solo entró en la reunión sobre el clima durante cinco minutos, dejando clara cual es su posición en este asunto. Como él muchos dirigentes que no quisieron acudir a la reunión.

Movilizaciones ha habido muchas, pero aun pocas respuesta. Hay que seguir insistiendo y sobre todo reflejar en las urnas la necesidad que se tomen las medidas necesarias. Los políticos solo se tomarán en serio la necesidad de medidas urgentes si esto afecta a su sillón.