El mundo está lleno de finas líneas que separan unas cosas de otras. Resulta difícil no traspasarlas. Tener una afición es positivo, necesario, saludable… Caer en la adicción es un problema: perdemos libertad y las consecuencias negativas nos salen por las orejas. Jugar es bonito. La ludopatía un horror. Creer es bueno, pero ser un fanático resulta fatídico. Nos adentramos en lo que nos gusta o nos llena, sin advertir de los peligros que acechan más allá de la raya. Pasarse de la raya, pasarse tres pueblos o traspasar la línea roja son expresiones que estamos acostumbrados a oír. Se fomenta el juego on-line sin controles ni precauciones, hasta que nos damos cuenta de que muchos jóvenes están atrapados. Igual con la pornografía, las sectas o la comida. Una sociedad de excesos que ha perdido el sentido y el valor de las cosas. Consumidores compulsivos. Tenemos más de lo que podemos asimilar. Nos tienen entretenidos. Nos comen el coco. Una buena educación es la defensa para no sucumbir a todos los engaños y manipulaciones intencionadas.
Sin flash
Aficiones y adicciones
06/10/19 0:00
También en Opinión
- Un excursionista belga aparece muerto en el Camí de Cavalls
- Detenida madre e hija por agresión y daños a otra mujer en un bar de Ciutadella
- Ciutadella abrirá a las visitas el túnel de la Guerra Civil que conecta la Catedral con la Plaça Nova
- Que vecinos de Punta Prima estén tan sorprendidos porque la única iluminación...
- Joan Pons Torres (PP): «Menorca no se puede parar porque un señor se ha ido a Sri Lanka»