Colas de coches atascan la carretera de Favàritx. Los turistas quieren conocer uno de los parajes más singulares de la Isla y el Consell solo permite acceder en bus público para evitar la masificación y la degradación de aquel terreno, que forma parte del parque natural de la Albufera des Grau.
La alternativa ofrecida -y que no llegará nunca, si tenemos en cuenta el antecedente de aparcamiento en Ciutadella una vez se adoptó esa misma media para Macarella- es alquilar una tanca a la propiedad lejos de las playas Presili y Morella.
Todo esto me ha traído a las mientes la historia que hace una quincena de años me contó un miembro político de esa propiedad. Según su relato, esos terrenos fueron comprados en 1949 por el entonces Ministerio de la Defensa Nacional, algo más de 200.000 hectáreas creo recordar. El objetivo era tener acceso asfaltado al faro, próximo a la entonces activa Batería de Favàritx.
Según su versión, treinta años después Defensa reconoció que solo le interesaba la carretera y no el resto del terreno, por lo que la familia, compuesta por varios hermanos y propietaria de Capifort, la escrituró en 1979 a su nombre como una segregación de Capifort. La llamó entonces Son Camamil·la.
Hace unos meses en que acudí al Registro por otros motivos aproveché para hojear el tomo de marras y satisfacer la curiosidad latente. Los datos coinciden a grandes rasgos en cuanto a fechas y superficies con los que me dio aquel amigo eventual de una noche. Hay detalles curiosos, el notario y marido de otra de las hermanas propietarias que preparó la escritura se quedó con un porcentaje mímimo y simbólico de Son Camamil·la.
El Registro es hoy contundente en cuanto a la propiedad del terreno, pero también ofrece todas las pistas de compraventas. La Administración, lista para cobrar, podría pecar de tonta para pagar.