Es cuestión de tiempo que el ser repugnante que habita en las cañerías, formado por las toallitas higiénicas, mal llamadas o etiquetadas como biodegradables, que ciudadanos irresponsables arrojan por el retrete, cause un problema de mayúsculas consecuencias. Lo ocurrido en Ciutadella ha sido un primer aviso. La tubería que colapsó y que quedó obstruida en el puerto tenía dentro una boya náutica deshinchada, pero a su alrededor se había formado un amasijo de gran cantidad de toallitas húmedas que también se amontonaban en la estación de bombeo. Ahora ha quedado limpio, ¿hasta cuándo? Es tremendo como cualquier supuesto avance en nuestro cuidado personal se convierte de inmediato y por un mal uso en un problema ambiental de primer orden, que además está poniendo en jaque una infraestructura costosa, en tiempo y dinero, como es la de saneamiento y tratamiento de aguas residuales.
Vía libre
Monstruo de las cañerías
23/07/19 0:00
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