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Me cuenta mi amigo Óscar que navegar a vela es navegar con el mar, y navegar a motor es navegar por el mar. Y para un tipo de nacimiento carabanchelo y de alma menorquina esa frase es pura poesía. Porque Menorca nos da Mediterráneo en vena, y aunque nades mal, o pesques peor, o seas incapaz de recordar el nudo marinero más básico, porque tu psicomotricidad fina y tu cerebro nunca se llevaron bien, saber que el mar nos rodea, y que puedes sentarte a contemplarlo, o meter los pies en remojo, te da la vida.

Todo el mundo se merece un buen verano. Todo el mundo debe disfrutar con calma de un artículo de Juan José Millás, o compartir al atardecer una bolsa de chucherías, mientras planea hacer unos mojitos para escuchar las habaneras que sonarán en algún muelle. Aunque después te tomes los mojitos cuando las habaneras hace horas que acabaron, porque la pachorra de la charla con amigos hace que el tiempo se diluya y los relojes sean un mero adorno en la muñeca. Repito, todo el mundo se merece ocio y asueto de calidad, y como no todo el mundo puedo tenerlo, nunca debemos olvidar el privilegio que supone disfrutarlo y lo afortunados que somos de pasar por una vida que nos regala momentos que son la hostia de increíbles. Momentos donde las risas son más claras y los dolores se atenúan necesariamente.

Y para que este articulo no quede muy Alejandro Jodorowski, mira que es cansino este buen hombre, uno de sus últimos tuits fue: «Cuando trabajas en lo que te gusta, ganar poco te parece ganar mucho». Vaya tela con el flipao de Jodo, a ver si le van a robar la frasecita al sanador espiritual los Mad Men de las finanzas, y la van a usar para explotar aún más a la gente. Escucha Fulanito, como a ti pintar coches te mola un montón, te voy a pagar tres eurillos la hora, que ya sabes lo que dice el gran filósofo Alejandro jodo… no se qué.

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Yo para desconectar prefiero recordar historias mundanas, como la del día en que mi amigo Ricardo fue a un bar de ambiente ecléctico, digámoslo así, y cuando llevaba unas cuantas copas decidió ir al baño, se equivocó de puerta y acabó en un cuarto oscuro, que no era para jugar al escondite, sino mas bien para que los cuerpos se encontraran piel con piel. Como Ricardo es de naturaleza educada y empática no juzgó, simplemente salió de la situación pidiendo disculpas a todos lo que le metieron mano hasta lo más profundo de su ser, mientras se dirigía raudo a la salida. Resolvió con dignidad la situación y después de recorrer un largo pasillo regresó al bar, donde se tomó una copa para reflexionar sobre dónde te pueden llevar las equivocaciones de la vida. Esa es la actitud, no cabe ninguna duda.

Lo dicho, queridos lectores, como estas palabras no tienen ningún espíritu sanador, aun a riesgo de recibir feroces críticas por todos los seguidores de los libros de autoayuda y movidas espirituales de ese tipo, con todo el cariño les digo que cuando descubran que básicamente somos química con unas gotas de lírica, se van a ahorrar todo el pastón que invierten en sus gurús. Recordando, como siempre, que allá cada cual con sus movidas, y que en mi caso los únicos consejos que sigo son los de mi suegro. Todavía recuerdo el último que me dio, cuando salgas a navegar llévate a un madrileño de Carabanchel a bordo, las risas están aseguradas, sobre todo si le intentas enseñar nudos marineros. Y me lo soltó mientras su hija se partía de risa al ver cómo me ponía la crema solar a pegotes. Este es el nivel. Feliz jueves.

conderechoareplicamenorca@gmail.com