La isla de Menorca es un enclave estratégico en el centro del Mediterráneo occidental, al estar situada entre el este de España, el sur de Francia, el oeste de Italia y el norte de África. Es el territorio de España más oriental, y -durante varios meses del año- el primer lugar donde amanece en España. Es la Nura fenicia, la Meloussa de los focenses, la Minorica y la balearis minor del imperio romano y, también, la Minûrka musulmana.
94.559 habitantes censados en los padrones de los ocho ayuntamientos, pero en agosto -en el momento álgido de la temporada turística- supera las 200.000 personas. 701 kilómetros cuadrados de superficie con El Toro, centro geográfico y espiritual de la Isla, como principal elevación: 358 metros de altura.
Dividida administrativamente en ocho municipios, forma parte de la Comunidad Autónoma de Balears. Cuenta con una institución política creada el 1979 -el Consell- que ejerce el gobierno, la administración y la representación de la Isla. Los menorquines eligen trece de los 59 diputados del Parlament balear, la cámara legislativa del archipiélago. Diócesis de la Iglesia católica con 16 parroquias y obispo titular cuya sede episcopal es Ciutadella, junto a la Catedral.
Declarada Reserva de Biosfera por la Unesco en 1993, Menorca acoge la sede de la Red Mundial de Reservas de Biosfera Islas y Zonas Costeras.
Menorca y sus islotes -Illa de l'Aire, d'en Colom, del Rei, del Llatzaret, des Porros… - constituyen un resumen del Mediterráneo occidental, donde hallamos los ecosistemas y biotopos propios de esta región, excepto los fluviales y de montaña. Con un clima mediterráneo, las precipitaciones medias anuales se sitúan en torno a los 600 milímetros, sobre todo en otoño y primavera. Destaca, en la climatología menorquina, el viento predominante de tramontana, de componente norte. Este viento provoca la salinización eólica de impacto, con un potente efecto del aerosol salino sobre la vegetación, modelando los árboles y arbustos abanderados en dirección hacia el sur.
La economía local
La economía menorquina, que el 2018 creció a un ritmo del 2,4 por ciento –con la construcción y el turismo como sectores más dinámicos- genera un Producto Interior Bruto total de 2.900 millones de euros, con un PIB per cápita de 26.300 euros. La actividad económica esta Isla depende cada vez más del sector servicios, que aportan el 83 por ciento a través de la hostelería; cafeterías, bares y restaurantes; comercio; alquiler de coches, actividad náutica, taxis; inmobiliarias, reparaciones y sanidad y otros servicios dedicados a la atención a los visitantes.
El punto más débil del turismo en Menorca consiste en su acusada estacionalidad, con una temporada que en realidad se desarrolla a partir de junio –aún cuando arranca a partir de mayo- y se cierra en octubre. Ello provoca un largo periodo de disminución de la economía local, desde noviembre a abril. Prácticamente, la mitad del año, con el cierre de numerosos establecimientos porque el consumo interno no garantiza su rentabilidad. Los nuevos hábitos, el uso generalizado de Internet para realizar compras y las grandes superficies están provocando un impacto irreversible sobre el comercio tradicional.
Dependemos en gran medida de los turoperadores y concretamente de los mayoristas británicos, de modo que Menorca sufre con mayor intensidad el impacto del brexit –con una disminución del 8 por ciento en las reservas de este año- y las ofertas de los destinos competidores.
En el modelo productivo de Menorca -basado hasta los años 80 en una vía propia de crecimiento- la industria manufacturera aporta el 9,2 por ciento del PIB insular, la construcción el 7,1 por ciento; y el sector primario, o sea, la agricultura y la ganadería, sólo el 0,8 por ciento. Pero con un valor esencial y capital para el mantenimiento del paisaje rural, uno de los valores principales de la Reserva de Biosfera menorquina.
Modelo de crecimiento
Menorca sigue debatiendo hoy su modelo de crecimiento para hallar nuevas oportunidades que permitan integrar desarrollo, riqueza y bienestar. Única isla de Balears que forma parte de la Red Mundial de Reservas de Biosfera de la Unesco, explora las fórmulas para conciliar el dinamismo, la modernización de su economía y promoción de los productos locales con la protección del entorno natural, la diferenciación respecto a otros destinos y el aprovechamiento de esta tierra creada por Dios a la medida del hombre.
En el Foro Menorca Illa del Rei celebrado en agosto del 2015 bajo la convocatoria «El campo de Menorca a debate, presente y futuro, oportunidades y debilidades», Manel Adell calificó Menorca como «una isla mágica y una parte de su encanto consiste en que evoluciona a cámara lenta, a diferencia del resto del mundo, porque lo importante no es la velocidad, sino la dirección». Añadió Adell en aquel encuentro que «Menorca ha de apostar por la calidad y la diferenciación; no puede pensar en grandes volúmenes y siempre con canales de comercialización adecuados».
Y tras explicar las iniciativas a desarrollar en Son Felip y Algaiarens, en el entorno único de La Vall, advirtió que «el riesgo más grande de Menorca es la autocomplacencia y practicar el ja esteim bé com esteim ara». Manel Adell propugnó «seny, visión, inversión, ilusión y trabajo» para gestionar las 700 hectáreas –hoy ya son 1000- que había adquirido al norte de Ciutadella.
Con estos planteamientos, que compartimos, iniciamos hoy esta masterclass. Este Curso Internacional sobre Agricultura que ofrecen Joel Salatin y Darren J. Doherty, que constituye una oportunidad única, inédita y excepcional porque reúne aquí, en Menorca, a dos figuras cuya trayectoria y experiencia avalan su liderazgo en la gestión agrícola sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Darren J. Doherty es el primer exponente de la agricultura regenerativa, mientras que Joel Salatin, responsable de la finca Polyface de Virginia (Estados Unidos), es considerado por los medios internacionales, entre ellos la revista Time, como el mejor agricultor del mundo.
Desde MENORCA «Es Diari» queremos destacar y apoyar la iniciativa conjunta de Organic Managers, la editorial Diente de Leon y el proyecto innovador que desarrolla el eficaz e inquieto equipo de Manel Adell en los llocs Son Felip y Algaiarens, liderado y eficazmente gestionado por Francesc Font. Será una experiencia única para poner de manifiesto, con la teoría y también con la práctica, mediante visitas a Son Felip y Algaiarens que es posible la viabilidad y la rentabilidad de la agricultura, y que al mismo tiempo puede llevarse a cabo con criterios de sostenibilidad y respeto.
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