Amancio Ortega, el magnate nacional del textil, podía haberse gastado todo el dinero que le sobra en cualquier cosa –más yates, coches de lujo, juergas, lingotes, apuestas en el casino, compañía agradable y un largo etcétera–, pero ha tenido la ocurrencia de dedicarlo a la «filantropía barata», según algunos políticos de Podemos, y hasta ahí podíamos llegar. Ahora esos más de 300 millones de euros que donó su fundación a la sanidad pública han vuelto al centro del debate en un mal momento: la efervescencia de la campaña electoral. El gesto del millonario ha levantado tanto oleadas de críticas como de alabanzas, especialmente a favor están aquellos que se beneficiarán de los nuevos equipos tecnológicos en la lucha contra el cáncer, los enfermos. En el caso de Balears, la propia consellera de Salud agradeció en su momento la donación que obviamente el gobierno autonómico aceptó. Está dirigida a la compra de mamógrafos de alta tecnología y otro instrumental para los hospitales de las Islas, también el ‘Mateu Orfila' se beneficiará.
Vía libre
Ortega y su donación, en campaña
21/05/19 0:24
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