Unos 120 millones de euros en juego, dinero procedente de miles de clientes en todo el mundo, encerrados virtualmente en el ordenador portátil de su joven marido fallecido de forma repentina, y usted ¿se imagina? sin poder dar con la contraseña que desbloquea el maldito trasto. Pues esto es lo que le ha ocurrido a Jennifer Robertson, viuda de Gerald Cotten, director ejecutivo y fundador de QuadrigaCX. Para la mayoría de la gente que contamos monedas y aún introducimos con aprensión la firma electrónica de nuestra cuenta bancaria, el tal Cotten era hasta ahora un desconocido. Pero resulta que QuadrigaCX es la mayor plataforma de cambio de criptomonedas de Canadá, bitcoins –la más popular–, dogecoin, litecoin, etherum..., moneda virtual que puede ser operada como la tradicional pero que se escapa al control de estados e instituciones financieras.
Vía libre
Acceso denegado
12/02/19 0:37
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