Uber no tiene coches pero ahora mismo es la compañía de taxis más grande del mundo. Tampoco Airbnb posee hoteles y es la mayor empresa de alojamiento del mundo. Son solo un anticipo real de lo que viene, «en los próximos cinco o diez años, el software interrumpirá la mayoría de las industrias tradicionales», advierte el director ejecutivo de Mercedes Benz.
Antes que él, Stephen Hawking anticipó que la inteligencia artificial adelantará a la inteligencia humana, disponemos de ejemplos. Introduces los datos en la máquina y los computa con más precisión y agilidad que la mente humana. Las computadoras serán dentro de una década más inteligentes que los humanos, «se vuelven exponencialmente mejores en la comprensión del mundo. Este año, un equipo superó al mejor jugador de Go en el mundo, diez años antes de lo esperado», señala el ejecutivo de la multinacional alemana.
Hay más ejemplos de ese camino que parece imparable. En Estados Unidos, los abogados, una profesión sobre la que pivota buena parte de las relaciones económicas, ven amenazado su futuro. IBM Watson ofrece asesoramiento jurídico -de momento para cosas bastante básicas- en cuestión de segundos con una precisión del 90 por ciento, veinte puntos más que la humana. «Así que si usted estudia Derecho, pare inmediatamente, en el futuro habrá un 90 por ciento menos de abogados, solo quedarán especialistas», agrega Dieter Zetsche.
Intuye que la industria automovilística se irá a la quiebra, construirán un coche mejor, pero las compañías de tecnología (Tesla, Apple, Google) harán un enfoque revolucionario y construirán una computadora sobre ruedas. No habrá accidentes y las compañías de seguro de automóviles desaparecerán. Cualquier idea diseñada para el éxito en el siglo XX está condenada al fracaso en el XXI.