He pasado unos días en mi dacha en Sanlúcar de Barrameda, donde he vuelto a ver lo cruel que puede ser para algunos la naturaleza. Cerca de la calle La Verónica vive una mujer joven, no creo que tenga mucho más allá de los 20 años. Todos los días saca a pasear a su perrito bulldog de capa negra. Hace tres años que la conozco, el pobre perro está paralítico de los cuartos traseros, de manera que su dueña buscando una solución le ha hecho un arnés sujetando sus extremidades completamente insensibilizadas de medio cuerpo hacia atrás. Esta admirable mujer ha aprendido a llevar al perro acompasado con las manos delanteras, de manera que sus patas traseras las suple el arnés y el movimiento que le da para que coincida con el desplazamiento natural de sus patas delanteras, y así, de esta originalidad el bulldog negrito de la calle de La Verónica, sale cada día a pasear por las concurridas calles de esta entrañable población andaluza.
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Los perros tullidos
17/08/18 21:12
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