Hemos llegado a un punto sin retorno. Se ha impuesto, por ejemplo, la tontura a la cordura, la necesidad de aparentar más que la necesidad de vivir y es más importante lo que ven de nosotros que lo que somos, hacemos o decimos. Es, sin duda, la era del postureo. La mayoría, cada vez somos más esclavos de las redes sociales y eso nos convierte en yonkies del 'Me gusta' con el que se premia cada foto que colgamos. Adictos a la aprobación general. Y resulta triste... Porque hay pocas cosas más tristes que aquellas personas que aparentan faltos de convicción.
Por ejemplo, hay que enseñar que salimos a correr, porque si no pensarán que no lo hacemos. Hay que mostrar una imagen que deje claro que trabajamos, porque puede que con simples hechos no baste para convencer al personal. Hay que pensar igual que el de al lado o lo menos diferente posible, no vaya a ser que la voracidad social o lo que se conoce como la teoría de 'la espiral del silencio' nos convierta en repudiados.
El grado de tontura de las mentes simples ha hecho que corra cierta sensación de que si tú no apoyas algo en público y de forma evidente y estridente, significa que no lo compartes o, en el peor de los casos, que vas en contra. Pasó, por ejemplo, con la llegada del barco «Aquarius» en el que casi había codazos para ofrecer puertos en el que desembarcaran. Y no porque haya un exceso de humanidad sino porque todos buscaban una foto con el que contentar a la gente. Lo correcto era dar ayuda, lo incorrecto era darla a cualquier precio y sin pensar en las consecuencias.
Lo malo de regir tu vida a golpe de aprobación externa es que al final no acabas siendo tú mismo sino el producto que se espera que seas. No puedes, por ejemplo, colgar una foto triste... tienes que elegir una en la que salgas con actitud vitalista, optimista y con la puñetera frase de autoayuda más vomitiva que encuentres. «Tú eres tu propio límite». No, tont@, tú límite será la pared que tienes enfrente si no levantas la vista cuando caminas con el móvil y por mucha motivación que te hayas inyectado en vena veas que la hostia va a ser de campeonato.
No me parece mal que colguemos nuestras fotos con nuestras reflexiones y nuestros #, yo lo hago, siempre que seamos muy conscientes de que lo que se enseña no es la única realidad. Porque si lo fuese pensaría que llevar gafas de sol dentro de un avión es raro.