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Hay una revista que para mí resume muy bien lo que es la vida en este planeta llamado mundo. Esa revista es «XL Semanal». Esta reflejado lo bello y lo horrendo de la existencia. Leyendo esta revista me acuerdo de mi madre, con ella viví un momento que me parece que es hoy, de lo fresco que lo tengo. Era adolescente, cuando nos encontrábamos las dos en la cocina y allí teníamos una televisión pequeñita de color naranja marca Telefunken, y era la hora de los informativos. Habían unas imágenes feas, recuerdo vagamente pero eran unos negros en su país enm pleno tiroteo, y le dije a mi madre que quería cambiar de canal me angustiaba ver esas imágenes, ella me contestó natural: «Ariadna, es la vida misma. Estas cosas también ocurren y no hay que desviar la mirada a otro lado». Se me quedó grabado a fuego. Quizás por eso mi profesión, quizás la manía que tengo de hacer cosas bellas en el día. De buscar la belleza en lo sencillo. «XL Semanal» encierra esa esencia, por un lado denuncia la crudeza de la vida de personas, a veces animales o incluso plantas que lo están pasando realmente mal. Y después pasas página y ves excentricidades, moda, decoración, firmas, cosas varias.

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ESTA VEZ LEÍ un reportaje de los Rohinyá, el rostro de la tragedia [número 1.589. Páginas 24-29]. Texto y fotos de Anastasia Taylor-Lind. Estoy llorando escribiendo, y lloré todo el día cuando lo leí. Era incapaz de verbalizar lo que había leído a mi pareja. Es tan horrible, que escapa a cualquier ficción. Seis rostros de mujeres como nosotras. Seis miradas rotas, cercenadas, dolorosas que encierran en sus pupilas la pérdida trágica y bárbara de sus hijos. Me quedé atrapada en Rashida, de 25 años. Una belleza rota en añicos. La fotógrafa busca en ella, en ellas salvarlas y darles el valor de ser santas por todo lo que han visto y sentido. Otra de las revistas que también pone dosis de realidad, es «Yo Dona» [Número 674. Páginas 26-31]. Ella es Nadia Murad, también 25 años. Amal Clooney es su abogada. Esta joven convertida en exclava sexual por el Estado Islámico, y su letrada luchan porque la masacre yazadí a manos de los terroristas sea declarada genocidio. Leer su vivencia, me hace guardar silencio por ella y mirar al cielo enjugándome las lágrimas. ¡Pensar que comparto el mismo sol, el mismo planeta de la gente que hace el mal, me estremece! Me siento una privilegiada, y una consentida por la vida. Por eso, insisto en hacer de nuestros hijos que lleven en su boca cosida una sonrisa, eso significa que las cosas van bien en casa. Por cada niño feliz, construimos un mundo mejor. Niñas y niños que suman positivismo, que suman luz blanca en una tierra que debemos amar por mucho tiempo. Amamos lo que conocemos y por eso vale la pena tener los ojos bien abiertos ante un mundo que nos estremece.

@sernariadna