En la comida con amigos del primer sábado primaveral (con intimidante ventolera que llena el mar de juguetones bens), escucho el insólito argumento de la violencia pacífica (delicioso oxímoron) de los independentistas para explicar determinadas actuaciones judiciales en el asunto catalán, que discutimos sin alterarnos, lo cual es un hito dada la crispación que suscita el tema. Ay, el discreto encanto de una comida majestuosa, unos temperamentos afables, unos afectos indestructibles, y unos jueces creativos…
1-IV-18
– Bon dia, estimada, ¿sabes que nuestros amigos del planeta tierra tendrán que aprenderse Un señor demunt un ruc si quieren seguir gozando del descuento de residente? – le espeto a mi santa nada más haber dado un vistazo a 'Es Diari'.
– Menos lobos, que es el día de las trolas en el periódico –me contesta impertérrita–, id a otro sitio con vuestras fakes.
El resto de la prensa dominical tiene un acre sabor retro: ministros engalanados (¡entre ellos el de Educación!) cantando El novio de la muerte al paso marcial de la Legión portando la cruz, banderas a media asta en centros oficiales por la muerte de Cristo, en un Estado que se dice aconfesional... ¿vale la pena seguir discutiendo lo obvio?
5-IV-18
Esplendoroso día en Palma, donde viví unos años maravillosos, boda incluida, tras una mili de verbena, la única Ciutat que me hizo dudar en mi determinación por volver a Menorca. Ahora, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, voy de safari por dos de sus más significativas librerías (La Biblioteca de Babel y Literanta), seguido de vermut en el mítico Bar Bosch, para coronar la mañana en el elegante Paseo Mallorca con una sinfonía de aromas y sabores (y buena relación calidad-precio) a cargo del michelin Adrián Quetglas, donde su afable musa Fátima siempre encuentra hueco para el menorquín errante. Una jornada relajante sin noticias del máster de Cifuentes ni del procés….
6-IV-18
Hoy día hay que «tener relato», sin él no vas a ningún sitio. Los dubitativos crónicos lo tenemos crudo porque cambiamos de narrativa cada dos por tres. Si mi primer libro se subtitulaba «25 años de dudas», ahora le podría añadir veinticinco más y sigo igual, erre que erre, dudando sin parar e incapaz de plantear un relato sólido, sin matices. El tema de la violencia, por ejemplo, en el que emerge con fuerza el relato jurídico-gubernamental (con su vocinglera claque) de que la hubo, y gorda, en el llamado procés. El hecho de que fuera del tipo «pasivo», que sería la de quienes acudieron a votar, a sabiendas que se trataba de un acto ilegal, no le quitaría virulencia.
Todo ello, tan peculiar relato, la imposibilidad de creérmelo, me ha llevado a replantearme la legendaria frase de Groucho Marx: «¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?» Parece que los jueces alemanes (por ahora, veremos si resisten las presiones) creen más en sus propios ojos…
7-IV-18
Brocha gorda es la divisa histórica de la política española (ahora Trapero, el ex jefe de los mossos forma parte de una «banda criminal» y los comandos que protestan obstaculizando carreteras, son «terroristas»), que solo tuvo cierta finezza en la llamada Transición, más por miedo a los militares de entonces que por otra cosa, pero estuvo bien, se hizo de la necesidad, virtud. Ahora, el lío es tan morrocotudo que a lo mejor no hay más remedio que sentarse en una mesa y hablar por fin de Política…
Otra divisa españolísima es la resistencia numantina: en Alemania un ministro dimitió a las pocas horas de descubrirse que había plagiado una tesis doctoral. Aquí manda el sostenella y no enmendalla. Cifuentes y su máster y ahora Griñán en Sevilla que no se enteró de nada del maná de los ERE durante sus largos años en el machito… Resistir es la consigna.
8-IV-18
Ovación de gala para Cristina Cifuentes en el congreso de su partido… Primero la tribu, los nuestros, luego ya veremos qué «hecho alternativo» contamos.
11-IV-18
¿A quién creer, a mis sueños de champions o a mis propios ojos? ¿Vi anoche el partido del Barça en casa o era otro hecho alternativo? La idea del fake me alivia.
12-IV-18
¿Son mis propios ojos los que vieron ganar de nuevo al Real Madrid en el último minuto y de penalti? ¿Son los míos los que han leído el último tuit de Trump solazándose de los misiles «nuevos, bonitos e inteligentes» con los que piensa bombardear Siria?
