27/03/18 0:46
Con la confianza que da casi medio año yendo y viniendo por Europa, Carles Puigdemont ha caído víctima de esa confianza, cuando venía de Finlandia. Su coche debía llevar seguramente una baliza o un artilugio parecido conocido como chicharra que permite su seguimiento a tanta distancia que ni el más avisado sospecha que es seguido. Su miedo a ser detenido no le ha salvado de serlo y además astutamente en Alemania, cuyas leyes en esos asuntos de lo que le acusa el código penal español, si cabe son aún más duras, llegando de los 10 años de prisión a cárcel para toda la vida.