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Las manifestaciones de los pensionistas no pueden ser para Mariano Rajoy y el gobierno que preside un tema menor. Harán bien en sopesar que en España tenemos, según la seguridad social, 9.465.328 pensiones contributivas. De estas, 2.359.070 lo son por viudedad. Si bien, para sopesar cabalmente la fuerza que los pensionistas tienen en las urnas, debemos hablar prácticamente de 9,5 millones de votos. Como ustedes comprenderán es un número más que suficiente para quitar o poner un presidente en la Moncloa. Pero como la visión de futuro, políticamente hablando, viene a ser para nuestros políticos la misma que pudiera tener un gato de escayola, aquí nadie se barruntó que tal cual actuaban el PP y el PSOE, más pronto que tarde aparecerían otros partidos como por ejemplo Ciudadanos o Podemos, que de hecho en la actualidad por lo menos, uno de ellos podría llegar a superarlos. Recuerdo cuántas veces advertí desde estas mismas páginas que de no enderezar el rumbo les podría pasar lo del Titanic, pero la orquesta de la dejadez, la orquesta de la prepotencia o la de la incapacidad, seguía tocando mientras las urnas del PP o del PSOE hacían aguas. Ahora se rasgan las vestiduras. Con los pensionistas aún puede ser más gráfico el naufragio, en este caso del PP, porque cuando el votante se da cuenta de que aquel partido que votaba ya no le es útil, deja de votarlo, sobre todo cuando nota la falta de sinceridad, como es el caso de querer dar por bueno un 0.25% como subida de las pensiones, aduciendo que esta subida es suficiente para no perder poder adquisitivo, sabiendo todo el mundo que eso no es cierto.

Las pensiones tienen un problema serio de liquidez, que de no hacerle frente puede acabar por colapsar el sistema. Por ello, dentro del monto presupuestario, no va a quedar más remedio que contemplar las pensiones en la medida que lo recaudado por la hacienda pública a costa de quienes tienen la suerte de tener trabajo, no es suficiente.

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Salvadas sean todas las distancias, puede pasar lo que pasó con la dictadura. Es verdad que el dictador murió en la cama, pero la dictadura murió en la calle. Quiero con esto decir que a Rajoy no le han logrado sacar de la Moncloa ningún líder ni ningún partido político pero ahora en la calle tiene el liderazgo de las pensiones y esa fuerza, si se les obliga, puede ser arrolladora. Tienen la razón. Forman una marea humana necesitada y lo que les sobra es tiempo. Solo necesitan líderes con capacidad organizativa para formar un partido de manera que hará bien el gobierno con no echar el tema a barato. La fuerza de una multitud de pensionistas cabreados, con razón, puede conseguir lo que no ha conseguido ni el PSOE ni ningún otro partido.

Fíjense en los siguientes datos: un diputado tenía hasta el año 2011 derecho al subsidio más alto. A los 7 años de diputado, ese derecho contemplaba la pensión máxima mientras que los cotizantes normales tienen que cotizar 15 años para alcanzar el 50%. Ahora la situación se ha igualado. Sus pensiones son bastante parecidas a las que pueda tener usted. Lo que sí es diferente es que no tienen que sudar la gota gorda. ¿Recuerdan a Celia Villalobos jugando con su Tablet al Candy crush? Algunos dicen que era al Frozen Free Fall, durante un debate de la nación, estando en la tribuna de oradores mariano Rajoy. No se extrañen pues que el personal esté de algunas cosas hasta los mismísimos. Claro, así con esos trabajos, se puede pedir la jubilación hasta los 80 años. El otro día me decía un albañil que para decir eso hace falta tener la cara francamente muy dura, pero que muy dura. Por cierto, Celia Villalobos no fue sancionada ni creo que amonestada, ni pidió perdón, pero el periodista que la grabó, fue sancionado.