Compartir el arte y la vida

Exprimía la vida o eso me parecía. Disfrutaba de los momentos con su genialidad y sensibilidad de artista. Me emocioné al verle allí, bajo las piedras de la catedral, en un lienzo con los brazos abiertos proyectados al cielo, y sus pies tocando la roca besada por la mar. Estaba abarrotado el templo de personas, dejó huella Pepe. Causó estupor la noticia de su despedida tan joven.

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Pepe es de aquellas personas que no sabes cómo ni cuándo entran en tu vida. Me cuesta pensar cuando hice amistad con él, porque parece que fuera desde el jardín de infancia que nos conocimos. Se hacía querer. Su espontaneidad y su verdad te resultaban agradables siempre. Creo que sí, que vino una vez a Televisión Menorquina acompañando a su madre, lo recuerdo muy vagamente. Porque su personalidad caló más fuerte que las circunstancias. Pero no puedo hablar más porque no llego a ser como los amigos que allí se reunieron el día que te decíamos adiós. Solo puedo acariciar una fotografía con mi mirada de madre y de hija. Esa fotografía Pepe de niño con su madre, que compartió. Iba de paquete, y parece que estaban montados en una motocicleta. Misma sonrisa, misma cara de felicidad. Y misma posición que marcaría su presente y su futuro. Siempre al lado de su madre, con respeto y admiración.

No puedo valorar su pintura como una entendida en arte, solo me mueven los sentimientos. Y trasmitían inquietud, movimiento. Artista hasta para retratarse en fotos. Por avatares de la vida Pepe Torrent Vivó ha hecho historia y, ha pasado a la historia de su Isla.

@sernariadna